Camino Arriba

Es una de las preguntas más frecuentes que recibe un genealogista. Y a veces no sabemos la respuesta. Mejor dicho, hay más de una respuesta posible. Una de ellas es que los apellidos “no vinieron”, los que vinieron fueron personas que portaban un apellido. Así que lo que es válido para alguien de apellido Pérez puede no serlo para otra del mismo apellido. Depende de quiénes les transmitieron el apellido, desde cuándo y desde dónde. El origen de un apellido se refiere al lugar donde probablemente empezó a usarse. Y digo probablemente porque un apellido pudo aparecer simultáneamente en varios lugares sin que los que lo adoptaron fueran parientes entre sí. La segunda razón por la que no es fácil asegurar el origen de un apellido es porque el uso de los mismos comenzó hace más de mil años. El significado de los apellidos se refiere más que todo a su etimología, a su traducción o a su relación con algo que ya estaba denominado antes. ¿Qué sería primero: la naranja o el apellido

Esta entrada está dedicada a Eduardo Barrera Sánchez (qepd) Por mi línea paterna-paterna no había llegado muy lejos. Escasamente sabía que mis tatarabuelos se llamaban Joaquín Sánchez y Mercedes Agudelo. Decidí coger el toro por los cuernos a sabiendas de la dificultad de investigar apellidos comunes en Antioquia, por la probabilidad de encontrar muchos homónimos. Así que me agarré a lo único seguro, una fuente documental. Según el registro de matrimonio de mi bisabuelo Ramón Sánchez Agudelo en Marinilla el 22 de enero de 1887, era feligrés de San Vicente, de manera que tocó dedicar horas a revisar los libros de bautismo de esa pequeña población al oriente de Medellín, fundada en 1759, pero que desde el siglo XVI era un asentamiento minero. Sus primeros pobladores fueron indígenas tahamíes y catíos. Encontré que mi bisabuelo Ramón nació el 31 de agosto de 1866 y fue bautizado al día siguiente como hijo legítimo de Joaquín Roso Sánchez Vanegas y María Mercedes Agudelo Castañ

Con esto de la nacionalidad espa ñ ola para descendientes directos de sefard í es (es decir, de los jud í os que los Reyes Cat ó licos expulsaron de Espa ñ a en 1492), se ha generado un inusitado inter é s de muchos colombianos en saber si en su  á rbol geneal ó gico hay un sefardí. Aunque el apellido Porto aparece en varios listados de supuestos apellidos judíos, es importante resaltar que no existen apellidos judíos en el mundo hispánico. Lo que existen son judíos que llevan uno u otro apellido. Así que en cada caso hay que hacer la investigación que conecte directamente al aspirante con un antepasado sefardí. La primera rama de apellido Porto que está ya comprobado tiene antepasado judío es la que desciende de Manuel Ismael Porto González y Tulia C. Moreno Segovia. Y lo sefardita les viene por el lado materno, es decir, por los ancestros de doña Tulia. Veamos porqué: Manuel Ismael Porto González nació en 1867 en Cartagena de Indias, hijo legítimo de Manuel José de la Tr

Béthencourt, Betancourt, Betancur. No importa cómo lo escribas, el apellido tiene el mismo origen. De Francia pasó a Canarias y de Canarias a América. Los antioqueños lo consideran un apellido paisa, pero lo cierto es que a Cartagena de Indias, Mompós y Tunja también llegaron. Ahora bien, desenredar las genealogías ascendentes de los Betancur colombianos es complicado. Uno de mis novenos abuelos fue  Francisco Melián de Betancur , de quien Miguel Wencesalo Quintero (Linajes del Cauca Grande) dice que se casó en 1646 con Margarita Álvarez del Pino y Tabares, y murió en 1678. El fallecimiento está efectivamente registrado en los índices de Córdoba Sevillano el 28 de septiembre de 1678 en La Candelaria de Medellín. Sin embargo, ya empiezo a preguntarme cómo pudo casarse en 1646 doña Margarita si sus padres, Diego Álvarez del Pino y Arcos Cortés y Beatriz Tabares se casaron en 1637 según el mismo Quintero que cita a Gabriel Arango Mejía (Genealogías de Antioquia y Caldas). A menos que

L a región colombiana con más información genealógica es Antioquia. Además de que se consiguen en línea libros parroquiales de varios municipios, tenemos obras de referencia clásicas como las Genealogías de Antioquia y Caldas, de Gabriel Arango Mejía, y las Genealogías de Salamina, de Guillermo Duque Botero, nuevas publicaciones como las Genealogías del suroeste antioqueño, de Luis Álvaro Gallo, amén de numerosos artículos y páginas web donde parte de la información se encuentra incorporada en grandes bases de datos, entre ellas la de Iván Restrepo Jaramillo –IRJ- y la de Enrique Pareja Mejía –EPM-, ambas en Geneanet. En esa abundancia de árboles genealógicos y ramificaciones se puede uno perder fácilmente por varias razones: No hay una metodología única para el uso y orden de los apellidos. En algunos casos se usan los apellidos paterno y materno como los usamos hoy, en otros se ponen dos paternos y ninguno materno, y así cualquier otra combinación posible. En parte, eso se

Pedro de Salas es antepasado de muchos cartageneros porque su nieta María Luisa Antonia Granados Salas llegó a Cartagena de Indias en 1787 para unirse a su esposo, Antonio Francisco Merlano Gómez, nombrado como secretario de la gobernación. Pedro de Salas nació en Palma de Mallorca alrededor del año 1680. Era artillero cuando lo trasladaron a Gibraltar en 1701 para reforzar la seguridad de las posesiones españolas fronterizas. La corona española tenía razón en aumentar la protección del Peñón de Gibraltar, situado en el extremo sur de España, porque había comenzado la Guerra de Sucesión. El 1 de noviembre de 1700 murió en Madrid Carlos II de España sin dejar heredero. Por un lado estaban los que apoyaban al aspirante francés al trono, Felipe de Anjou, y por el otro los que querían a Carlos de Habsburgo, austríaco, más conocido como Archiduque Carlos. Prácticamente todos los habitantes de Gibraltar eran archiduquistas, incluido Pedro de Salas. Durante la Guerra de Sucesión, flo