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Mi cuarta abuela no se estancó

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A mí denme un aguardiente, un aguardiente de caña De las cañas de mis valles y el anís de mis montañas No me den trago extranjero, que es caro y no sabe a bueno Y porque yo siempre quiero lo de mi tierra primero. El conocido bambuco de Rafael Godoy, que cantamos con la voz ronca de la emoción patriotera, no es cierto. El licor extranjero siempre ha sabido a bueno. Si usted ha caminado por las calles del centro histórico de Cartagena de Indias habrá visto dos calles denominadas del Estanco del Aguardiente y del Estanco del Tabaco. La palabra estanco tiene un significado poco usado hoy: prohibición del curso y venta libre de algunos bienes. En cierto sentido implica estancar una mercancía porque se prohíbe venderla. Y en esas calles quedaban las bodegas donde se estancaba el producto. En el siglo XVII la fabricación de bebidas alcohólicas estaba en manos privadas, así que cuando el rey de España se vio –una vez más- corto de r