¿Son útiles las coincidencias del ADN autosómico?

Hace unos meses publiqué una entrada sobre lo que el análisis de mi ADN mitocondrial (ADNmt) arrojó, en particular el haplogrupo al que pertenezco. El ADNmt solo lo transmiten las madres, así que ese análisis se refiere a la línea materna exclusiva.

Ahora voy a compartir con ustedes la comprobación de parentesco con las primeras coincidencias de mi ADN autosómico, es decir, el que se encuentra en los 21 pares de cromosomas que heredamos a partes iguales de nuestro padre y de nuestra madre. Se excluye el par de cromosomas que definen el género, es decir, el par número 43, en mi caso un XX.

Para practicarme ese análisis escogí la firma Family Tree DNA®, que en relación con mi ADN autosómico me envía una lista de casi 500 coincidencias. Ellos mismos advierten que los que aparecen en los primeros lugares son los parentescos más cercanos y más seguros.

Así que estoy estudiando los primeros casos, los cuales, según Family Tree DNA son mis primos con un grado de parentesco que está entre primos segundos y primos cuartos. Aquí me voy a referir a los primeros cuatro. Son ellos dos mujeres y dos hombres.

Los primos segundos son los que comparten un bisabuelo o una pareja de bisabuelos. Los primos terceros comparten un tatarabuelo o la pareja, y los primos cuartos comparten un trastatarabuelo o la pareja. El asunto es que todos tenemos ocho bisabuelos, 16 tatarabuelos y 32 trastatarabuelos. Y no todos saben quiénes fueron estos antepasados.

Yo, por ejemplo, sé quiénes fueron mis ocho bisabuelos, pero solo he identificado catorce tatarabuelos y 22 trastatarabuelos. Como dicen en genealogía, hay muros que no he derribado, me faltan doce individuos de los que no tengo nada. Aún así, me di a la tarea de investigar cuál antepasado común tendría con esas cuatro coincidencias.

• La primera coincidencia de la lista es una prima con quien comparto 105 centimorgans –cM-. El cM es una unidad de medida genética que aquí no explicaremos, baste decir que entre más alta, más probabilidad de un parentesco cercano. Con esta prima, que ya había identificado y contactado, la cosa es fácil, el mismo programa de computador que uso para manejar mis datos me calculó el parentesco y dice que somos primas segundas “1x removed”, que es la forma norteamericana de decir que estamos en dos generaciones distintas. En efecto, ella es bisnieta y yo tataranieta de la misma pareja conformada por Marco María Merlano y Fernández de Sotomayor y Juana Bautista Palas Donado. ¡Punto para Family Tree DNA!
• La segunda coincidencia (100 cM) corresponde a alguien que no identifico y tampoco tiene información genealógica en línea. Lo que me permite comentar un problema que tienen estas comparaciones: las mujeres en Estados Unidos están identificadas con un solo apellido, y si están casadas, con el apellido del esposo, así que “Amy Hunter” no significa nada para mí. Punto negativo para Family Tree DNA (y para el sistema gringo de apellidos).
• La tercera coincidencia corresponde a un hombre a quien conocí personalmente hace unos meses sin saber que recibiríamos este resultado. Con él tengo 89 cM. Andrés es genealogista y me permitió acceder a su árbol genealógico en línea. Él también tiene identificados sus ocho bisabuelos, sus 16 tatarabuelos y ¡30 trastatarabuelos!. Mis respetos, Andrés. Pero no hemos encontrado ninguna coincidencia. Hay apellidos en nuestros árboles que coinciden, pero tendríamos que ir más arriba en las ramas para encontrar la conexión, caso en el cual el parentesco estaría más allá de primos cuartos. O tal vez esté justo en esos trastatarabuelos que no hemos identificado. Para acotar la búsqueda, eché mano de Gedmatch, hice comparación “one-to-one” entre Andrés y una de sus coincidencias que resulta también mi coincidencia No. 7. Mi relación con ella está a 3,9 generaciones de distancia, mientras que la mía con Andrés está a 3,8. Y la de ella con Andrés ¡a una generación! En otras palabras, es su mamá, así que puedo concentrarme en buscar los ancestros de Andrés solo por su línea materna. Investigación en desarrollo. Punto pendiente para Family Tree DNA.
• El cuarto también es hombre, nacido en Colombia pero residente en Estados Unidos. No nos conocemos personalmente pero chateamos con frecuencia acerca de la investigación de su línea paterna. Y llegan los resultados y me dicen que somos primos. Ambos nos sorprendimos y empezamos a buscar ese antepasado común. Sí, compartimos una pareja de tatarabuelos: Juan Torres y Petronila Ana Josefa Gutiérrez Armero. Primos terceros, efectivamente. Punto fantástico para Family Tree DNA porque a ambos nos permitió comprobar algo que todavía estaba entre las hipótesis: que él desciende de la línea paterna que está investigando, y yo, que los padres de mi bisabuelo eran efectivamente Juan y Petronila.

 En resumen, este examen arroja información que, en algunos casos, confirma hipótesis, y en otros, abre nuevos campos de investigación genealógica. Los que no se han practicado este análisis tienen aquí bastantes razones para hacérselo. ¡Suerte!