María Mercedes Gambín Jiménez

Aunque no hemos encontrado documentos que lo comprueben, las informaciones genealógicas indican que María Mercedes Gambín Jiménez era hija de Rafael Gambín Porras y Eufrasia de la O. Jiménez. Por ese Jiménez descendía directamente del presbítero José Joaquín Gómez Lacroudache, que es de quien viene media Cartagena, según dicen. Era por lo tanto sobrina de Dionisio Jiménez, el mentado urbanizador de Manga. 

No conocemos la fecha de su nacimiento (suponemos que fue alrededor de 1870 en Cartagena), pero sí la del fallecimiento, por la lápida que está en la Iglesia de Santo Domingo: 23 de noviembre de 1915. Quiere decir que murió aproximadamente de 45 años de edad, cuando su hija mayor, Sara, tenía 27, y los menores todavía eran niños.

María Mercedes se había casado por allá en 1887 con el tolimense Abel Antonio Torres Gutiérrez, cuando este llegó a formar parte del Batallón La Popa, y siguió a su marido en los distintos lugares adonde lo llevó su carrera militar.

Según historias de familia, al morir María Mercedes, la hija mayor se hizo cargo del cuidado de sus hermanos menores. Raquel y Ofelia todavía eran adolescentes y Hernando y Carmelita estaban niños. Abel Antonio, por su parte, tenía ya 24 años de edad, estaba hecho y derecho, pero en esas épocas ni a él ni a su padre viudo les correspondían las tareas del hogar.

Esta responsabilidad asumida por Sara, la mayor, fue la explicación que nos dieron para que sus nietos entendiéramos porqué se casó “tan tarde”, a los 30 años de edad, pero la verdad es que ya desde los 27, cuando murió su madre, Sara “estaba quedada”, como se decía antes -irrespetuosamente- de las mujeres que a principios del siglo pasado no se habían casado jovencísimas. Tal vez fue que la enfermedad de su madre fue larga y Sara estuvo cuidándola desde mucho antes. O tal vez ya estaba comprometida y le dijo al novio que esperara un largo luto de tres años para el matrimonio. Quién sabe. El caso es que la abuela nos vendió la idea de que no se casó hasta que sus hermanos menores estuvieron grandecitos.

Todos los hermanos cogieron su camino, ni más faltaba. Abel Antonio, que tendría después una exitosa carrera como abogado y político conservador en Cartagena hasta llegar a ser gobernador del departamento, se casó con Alejandrina Berástegui Pretelt y tuvo con ella tres hijas: Olga, Mercedes y Bertha. Según mis datos, con Rosa López tuvo a Antonio, el conocido beisbolista “Manía” Torres. Y con Silvia Arteaga tuvo a Abel.

Raquel contrajo matrimonio con Manuel H. Pretelt Mendoza, y fueron padres de Ricardo, Abel Antonio, Marta Rita y Olga (religiosa). La descendencia está hoy principalmente en Montería y Cartagena.

Ofelia se casó con Víctor Anaya Peñarredonda y tuvieron a Víctor, Ofelia, Ignacia, Mercedes, Gustavo, Rafael Augusto y Laurina.

Hernando, quien se radicó en Montería, se casó con Dorila Ramos Lora, padres de Nancy y Ofelia.

Carmelita, radicada en Cereté, se casó con Bernardo Milanés García y fueron padres de Magaly, Mercedes y Alfredo “el Cachaco Milanés”.